

Maíz milenario en las islas del Caribe
La región del Caribe ha contado con importantes variedades criollas de maíz de origen precolombino. De hecho, la evidencia científica producida por la paleoetnobotánica neotropical ubica por primera vez al maíz en las islas caribeñas en un periodo cercano a los 8 mil años atrás (en Trinidad y Tobago) y hace unos 5 mil años en Puerto Rico. Desconocemos cuáles pudieron ser esas primeras razas de maíz indígena que fueron introducidas a las islas del Caribe. Eso sí, por la antiguedad de esos primeros maíces caribeños, estamos seguros de que las características físicas de las mazorcas y los granos debieron ser muy diferentes a las de los maíces indígenas que todavía existen. En esas etapas tan antiguas, el maíz que llegó al Caribe debió contar con mazorcas muy pequeñas, no mayores a los 8 centímetros de largo. Esa era una época en la que los maíces recién domesticados en México hace 9 mil 500 años habían comenzado a circular en las redes de interacción regional de los cientos o miles de pueblos indígenas de las Américas.
Una de las razas de maíz creadas y mejoradas a lo largo de miles de años es es el maíz Chandelle (también conocido como deer horn, tayuyo o canilla). Su distribución histórica coincide con la de los pueblos arahuacos y caribes de las islas y el norte de Sudamérica. En el pasado reciente (hace unos 50 años), la distribución del maíz Chandelle se limitaba al este de Cuba, Caicos (Bahamas), Haití, Trinidad y Tobago, y la costa caribeña de Colombia y Venezuela. Hoy en día, este maíz indígena probablemente tenga una distribución mínima en la región debido a la introducción de otras variedades modernas y "mejoradas" para el mercado regional y global. Es probable que aún haya reductos de esta raza criolla en comunidades campesinas aisladas de algunas islas del Caribe (Cuba, Haití, quizás Martinica) y la costa caribeña de Venezuela o Colombia.
El ejemplar de este diseño es un conjunto de mazorcas de maíz Chandelle de origen venezolano, cultivado en Aibonito, Puerto Rico, en 2019. Esto ha sido parte de un esfuerzo por reintroducir esta raza autóctona de maíz en Puerto Rico, donde probablemente desapareció desde principios del siglo XX o quizás antes.
